jueves, 8 de marzo de 2012

EL ACEITE DE LA VIDA, QUE SE NOS VA

Desde siglos el cultivo del olivar y el negocio de su aceite han permitido el desarrollo económico de nuestra provincia. En la actualidad, con una crisis que liquida industrias, y emigra talento, el olivar no parece mostrarse como un buen sector refugio. Corren malos tiempos para nuestro producto estrella, con un exceso de producción que provoca precios ruinosos, y unas explotaciones aferradas al umbral de rentabilidad por la amenazada subvención.

Por si fuera poco, aceite, la campaña pasada ha marcado un record de producción de un millón y medio de toneladas en España. Por si fuera poco, aceite, los que entienden de estas cosas en Europa han permitido que desde Marruecos y mediante una libertad arancelaria, nos calen más aceite, a cambio de caladeros. Por si fuera poco, aceite, los que entienden de estas cosas en Europa, han aprobado unas medidas de almacenamiento para el aceite español, no marroquí, dando migajas hoy y más aceite para mañana.

La medida, aparte de insuficiente, ha exteriorizado otra de nuestras debilidades, y es la falta de coordinación en el sector. Las almazaras parecen bolas desordenadas en una mesa de billar en el que la “blanca” ha cerrado la carambola a la mitad del precio de la anterior edición. Si la unión hace la fuerza, nuestro sector muestra una debilidad decepcionante en el que los andaluces de Jaén se preguntan “quién defiende estos olivos”. Por si fuera poco, aceite, los que entienden de estas cosas en Europa, han planteado una reforma agraria que perjudica a todas luces a los aceituneros altivos. Por si fuera poco, aceite, la operación Lucerna ha desmantelado una red de redes que ofrecía zumo de oliva cuando no lo era, y que responde al enigma del destino del aceite de aguacate que entraba en España desde Ecuador, provocando desconfianza por el supuesto dopaje del aceite español. Ante esto, los que entienden de estas cosas en Europa, consideran que las mezclas son legales. Por si fuera poco, aceite, la sequía y los fríos entristecen las expectativas de los agricultores para la campaña que viene. Y por si fuera poco, aceite, los que de verdad entienden de estas cosas, como el doctor García Villarrubia se nos van. Científico, investigador y divulgador, el Punset de Jaén, el que ha mezclado el aceite de oliva con amor, y se ha centrado en lo que realmente necesita el sector, que es investigación y desarrollo en busca de la excelencia generando un valor añadido.

Esto es, el aceite de oliva como producto saludable. Es la promoción la que debemos trabajar en conjunto y difundir estas cualidades que permitan aumentar el consumo a nivel nacional y mundial. Como diría el Rector de nuestra Universidad “el futuro del aceite de oliva no está en Europa, sino en las cocinas”, a lo que el querido doctor, con la ironía del alto de “Tip y Col” apuntaría “y en las farmacias”.

TEXTO DE RAFAEL PERALTA, ECONOMISTA